Ensayo y error, la fórmula del éxito.
Compañerismo, aprendizaje, ilusión, constancia, superación, motivación… Todos estos sentimientos, procesos y capacidades se apoderaron más que nunca, durante este pasado viernes y sábado, de las amplias clases y los largos pasillos que conforman la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Málaga, debido a la celebración del II Torneo Interno de la Asociación de Debate Universitario de Málaga (ADUMA). A lo largo de estos dos días, un total de ocho equipos compuestos por una media de cuatro jóvenes, han debatido tanto a favor como en contra sobre si sería beneficiosa la legalización de la industria del cannabis en la España actual.
El viernes, sobre las 14.30 horas, empezaban a llegar los primeros debatientes y la sala de grados de la Facultad de Económicas iba poco a poco completando su aforo. Seguidamente, los participantes asistieron a un breve acto de presentación marcado por palabras de ánimo y empatía que daban una cálida bienvenida a todos los miembros que formaron parte de este evento. La actual presidenta de ADUMA, Silvia Escaño, manifestó: “Disfrutad al máximo de la experiencia, esperamos que este sea vuestro primer paso en un terreno al que si le entregáis disciplina y esfuerzo os devolverá experiencias increíbles y de lo más enriquecedoras. Recordad que ganar no siempre tiene que ser el fin, lo más importante es aprender, divertirse y que queráis dar el máximo de vosotros mismos”.
Posteriormente, los organizadores acompañaron a los asistentes a sus respectivas aulas para arrancar con la primera ronda que enfrentó en la sala 1 al equipo de Platón vs Audre Lorde; sala 2 a Beauvoir vs Séneca; sala 3 a Demóstenes vs Betancourt y en la sala 4 a Campoamor vs Cicerón. Para la mayoría de los contendientes, estos primeros encuentros les llevó a su primer debate. De este modo, las ganas por hacerlo lo mejor posible se entrelazaban con manos temblorosas, voces entrecortadas e ideas a contrarreloj. Tras 45 minutos, los participantes ya comenzaban a respirar más tranquilos, pues había finalizado la primera ronda y, con ella, habían dejado los nervios y presión propia de las primeras veces, tal y como reconoció el equipo de Simone de Beauvoir: “Los nervios han estado muy presentes, pero con el paso de las rondas esperamos ir mejorando”. Por su parte, Fernando Sánchez, miembro del equipo Séneca, declaró: “No tiene nada que ver el contexto de las formaciones con llegar al debate y afrontar la realidad, pero en ADUMA estamos más que preparados para todo lo que venga. En esta primera ronda nos hemos sentido muy a gusto y arropados por el equipo contrario. Hasta el momento estamos muy contentos”.
Para la mayoría de los contendientes, estos primeros encuentros les llevó a su primer debate. De este modo, las ganas por hacerlo lo mejor posible se entrelazaban con manos temblorosas, voces entrecortadas e ideas a contrarreloj.
Ahora tocaba enfrentarse a la segunda y tercera ronda, aunque sin saber quién las iba ganando ya que el II Torneo Interno de ADUMA contó con un formato de rondas a ciegas, lo que conlleva a que los equipos reciben valoraciones de los jueces, pero desconocen quién ha sido el equipo vencedor, con la finalidad de que los debatientes vayan mejorando ronda a ronda sin asumir victorias ni derrotas. A lo largo de las tres rondas, el feedback de los jueces fue de lo más variado, amistoso y útil. Tanto es así que incluso hubo quien ofreció a los partícipes consejos para mejorar sus códigos de vestimenta, ya que si queremos convencer con nuestro mensaje, la apariencia influye.
Una vez terminada la fase de grupos, tocaba esperar el veredicto de los jueces para descubrir qué equipos habían logrado el pase a semifinales. Sin embargo, y para el asombro de todos, la organización guardaba un as en la manga y, de esta forma, lo comunicó la presidenta: “Os tenemos que anunciar que a consecuencia de un fallo organizativo, mañana no se van a poder celebrar las semifinales porque… ¡antes habrá cuartos de final!”. De primeras los participantes se mostraron contentos, pero, al mismo tiempo, algo confusos porque no comprendieron bien lo que suponían aquellas palabras. Los ocho equipos estaban clasificados y fueron convocados para el día siguiente. Las tres rondas previas sirvieron para hacer una clasificación de 1º a 8º y así, con el método suizo, hacer los cruces entre todos ellos. La emoción y alegría por tener una segunda oportunidad se palpó en sus caras y, de esta forma, quedó clausurada la primera jornada del torneo.
El segundo día empezó cuando Málaga apenas comenzaba a ver la luz del día, concretamente a las 09.00 AM, con los cuartos de final. Ahora sí que sí, los equipos se la jugaban y supieron estar a la altura, pues el nivel estuvo muy igualado. A pesar de ello, hubo cuatro grupos que destacaron en determinados aspectos, lo cual les hizo obtener un hueco en la semifinal. Se enfrentaron, en la sala 1, el equipo Platón contra Simone de Beauvoir y, en la sala 2, el equipo Séneca contra Clara Campoamor. Los rostros de aquellos que no fueron mencionados reflejaban cierta tristeza y enojo, aunque dicha reacción les duró poco y en seguida supieron aceptarlo y alegrarse por sus compañeros.
Una vez celebradas las semifinales, los dos equipos que pasaron a la final fueron Séneca y Simone de Beauvoir. Nuevamente el salón de grados de la Facultad de Económicas fue el encargado de acoger este último cruce. Un encuentro al que acudieron no solo miembros de la asociación, sino también algunos familiares de los debatientes, lo que se tradujo en un clima de gran expectación por conocer, en primer lugar, qué postura iban a tener que defender cada uno y, en segundo lugar, con qué argumentos, razonamientos y evidencias lo iban a hacer.
Sin duda fue una final muy reñida, se lo pusieron difícil al jurado. No obstante, el nivel de contundencia, seguridad y dinamismo presentado durante el debate por los miembros del equipo Séneca les hacía despuntar. Si a esto le sumamos una última intervención cargada de originalidad por la entrada en escena de un salvavidas, junto a un mensaje preciso y un gran trabajo de fondo, la balanza terminó decantándose a su favor. De este modo, Séneca se proclamó campeón del II Torneo Interno de ADUMA.
Además de este reconocimiento a nivel de equipo, también otorgaron premios a nivel personal: Fiona Vetter obtuvo el premio a mejor Introducción; Jorge Esteban recibió el diploma de a mejor Primera Refutación; Alejandro Mata consiguió el de mejor Segunda Refutación y Javier Sánchez el de mejor Conclusión. Por último, la mejor oradora del I Torneo Interno de ADUMA de 2020, Laura Ortiz, entregó el galardón de mejor orador de esta segunda edición a José Antonio Simón.
En toda competición uno siempre puede querer llegar a lo más alto, pero como bien dice una de las premisas de ADUMA: “Uno puede controlar los esfuerzos, no los resultados”. Por ello, tan solo el ensayo y error os hará superaros y poder alcanzar el éxito.
– Equipo de Prensa de Aduma durante el II Torneo Interno.